Un largo e intenso fin de semana, lleno de actividades y experiencias relacionadas con la gastronomía, es lo que ha deparado, la octava edición de ArdoAraba. Una gran fiesta enogastronómica, que lleva celebrándose con periodicidad anual, desde 2002 en la capital alavesa coincidiendo con el Puente de la Inmaculada.
Cuatro días que han dado mucho de sí, y en los que ha habido oportunidad de probar casi todo lo que ofrece Gasteiz. Una atractiva propuesta de ocio, sustentada en unos sólidos pilares, los buenos vinos de la Rioja Alavesa y la maravillosa oferta gastronómica de Vitoria.
Cuatro grandes carpas, repartidas por el centro vitoriano, junto con más de sesenta establecimientos hosteleros de la capital, conformaban la amplia oferta de #ArdoAraba2013
Vitoria es una ciudad que de por sí, tiene un gran reclamo turístico, la vieja catedral de Santa María, el barrio y la muralla medieval, la nueva catedral de María Inmaculada, la torre de los Hurtado de Anda, entre otros mucho edificios de interés arquitectónico, a mi me llamó la atención los enormes murales que proporcionan colorido al casco viejo, auténticas obras de arte urbanas, hay varios en la zona.
Pero no nos vamos a engañar, lo que realmente me llevó a Gasteiz fue el evento enogastronómico ArdoAraba 2013, que tuvo lugar entre el 5 y el ocho de diciembre, coincidiendo con el puente.
La organización, expendía en las cuatro carpas y en los puntos de información repartidos por la ciudad, unos talonarios de tickets a un coste de 12 €. Ese importe te da derecho a recibir una copa con su funda, y 28 puntos en forma de tickets, para intercambiar en las carpas y el resto de establecimientos hosteleros participantes, repartidos por la ciudad (60 en total). Los puntos se canjean por pintxos, tapas, vinos tintos, blancos, txakolis y sidras.
Hicimos un completo recorrido por todos los puntos de interés gastronómico de Gasteiz. El jueves cenamos de pintxos, aprovechando el pintxo-pote, instaurado los jueves, y que propicia un gran ambiente, como pudimos comprobar, ya que todos los bares y tabernas que visitamos, estaban abarrotados. Arrancamos en la calle Correría, con La Malquerida, uno de los bares que más me gustó, por sus pintxos, raciones, decoración, música y ambiente. El risotto de la foto es de La Malquerida.
Sin salir de la calle Correría, a escasos metros, visitamos el Kokodrilo con su música de los 80 y su pintxo pote a 2€, consistente en un crianza Rioja Alavesa y un rico perrito caliente, preparado al momento.
En la misma calle, a escasos cinco metros, nos encontramos una tasca tipo andaluza, denominada el Tabanco, donde nos apretamos unos peligrosos rebujitos y un plato de jamón con pan en salmorejo.
No muy lejos de allí, nos aguardaba el momento «Mordor» de la noche, un pub metalero llamado Rivendell, totalmente ambientado en la trilogía del señor de los anillos. Los cañeros de cerveza con el ojo de Sauron, de sus paredes colgaban réplicas de las espadas de Aragorn y el resto de personajes de Tolkien. Una buena selección de cervezas, entre ellas The trooper de mis adorados Maiden, y su legendaria «sangre de orco».
Desde la tierra media, fuimos dando un paseo hasta el Toloño, otro de los bares míticos de Siberia-Gasteiz, donde para nuestra desgracia, encontramos cerrada la cocina, así que nos tuvimos que conformar con un modesto pintxo-pote. Su barra estaba plagada de desafiantes y sinuosas gildas, provocando sin parar…..
El siguiente paso fue visitar una nueva taberna, el bar Idoia, donde devoramos un plato de delicioso queso Idiazabal, acompañado de unas copas de pies negros.
A partir de ahí aparcamos la comida y nos dedicamos a la buena cerveza, hasta que dimos con nuestros huesos en el hotel, que por desdicha, se encontraba en la otra punta de la ciudad, lo cual nos obligó a buscar un taxi a altas horas de la noche.
Teníamos hambre y muchas ganas de conocer la cocina del restaurante Ikea, y de paso conocer a los artistas que habitan en su cocina, Asier Urbina e Iñaki Moya. Un sitio con un diseño y una decoración espectacular, obra de Javier Mariscal, con una oferta gastronómica acorde con el edificio. Totalmente rendidos a la cocina de estos dos grandes chefs.
Para poneros los dientes largos, os pongo una foto, de sus vieiras salteadas sobre taco de burratina, ensalada de judias verdes y emulsión de ajos tierneso, como anticipo de un post completo sobre el restaurante Ikea, que colgaré en cuanto mis obligaciones laborales, formativas y familiares, me lo permitan. Disfrutamos a tope, y nos trataron fenomenal.
Tras pasar por el hotel para cargar baterias de moviles y descansar un par de horas, tomamos el tranvía y nos fuimos al Sagartoki, para probar el famoso pintxo huevo frito con patatas de Senen González, acompañado de unos vinos pies negros.
Por recomendación de los chefs del Ikea restaurante, Iñaki Moya y Asier Urbina, fuimos a cenar al PerretxiCO de Josean Merino, donde dimos rienda suelta a la gula, a base de pintxos. Para muestra un botón, sus paraguas de queso de cabra y hongos con cebolla confitada en miel.
Al día siguiente, desayunamos en el Getaria, el paraiso de la tortilla de patata, con variadas y originales combinaciones de ingredientes. Para que podáis sentir bastante envidia, os dejo la tortilla de patata con queso Idizabal y nueces, que me hizo levitar de gusto.
Tras el opíparo almuerzo, nos dirigimos a Bilbao, para una entrevista en la cadena SER, que emitía en directo desde la carpa de la feria gastronómica Bilbao Degusta, en el Arenal bilbaíno, donde coincidimos con dos buenos amigos Igor Catarecha (el rey de la gilda) y Joxerra Agiriano (el apostol del queso Idiazabal).
Tras la entrevista, rumbo de nuevo a Gasteiz, exactamente a Mendiola, para saludar a unos amigos que regentan una sagardotegi (sidrería) a las afueras de Vitoria. Lo que viene a continuación es porno duro, así que (producción, poner dos rombos) ¯¯ Alubiada con todos los sacramentos entre otras delicias, regado con un buen vino de la zona….
Llegados a este punto, nos vimos obligados a dejar pasar cierto tiempo, antes de volver a ingerir alimento alguno, ya que corríamos riesgo de explosionar como globos. Un largo paseo, unas sidras, el decepcionante partido de copa de nuestro Athletic Club en Vigo, unas pintas (no había demasiado hambre) y a dormir.
Al día siguiente nuevo desayuno en el bar Getaria, visita a Euskadi Gastronomika y momento de gastar los últimos puntos que nos quedan en unas ricas croquetas de Idiazabal y boletus. Vuelta a casa y promesa de volver a repetir en ArdoAraba 2014. Espero que no me odiéis demasiado después de ver estas fotos.