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Costilla a la brasa marinada en whisky perfumado

No hay nada tan divertido y placentero, como hacer una buena barbacoa, rodeado de buenos amigos, unas cervecitas, un montón de carne dispuesta a ser asada. (También me vale pescado y marisco) En mi kuadrilla hay unos cuantos que tienen la suerte de disponer de una casa con barbacoa en el jardín, lo cual es una gozada cuando arranca el buen tiempo

además permite que los peques jueguen tranquilamente, mientras los mayores….. también juguemos a nuestras cosas. 
El día que hicimos esta receta, nos juntamos en casa de Txomin y Aintzane para celebrar el cumpleaños de Zelia, en plan fiesta hawaiana con barbacoa y bebidas exóticas, lo pasamos genial. Es una gozada tener una kuadrilla tan especial, siempre dispuestos a animarte cuando pasas una mala racha y celebrar lo que sea necesario. Eskerrik asko lagunak !!! Txom, Aintza, Albar, Amagoia, Pak, Maia, Zelia, Miji, Leire, enorme kuadrilla !!!!
Unas costillas asadas sin más, no dicen gran cosa, sin embargo bañadas en un delicioso marinado o untadas en un buen ajilimojili (vinagre, aceite de oliva y ajo pasado por la batidora y dejado reposar un mínimo de 24 horas antes de ser utilizado para dar sabor a la carne) ya es otra cosa. Os dejo con esta receta de marinado, que también se puede utilizar para asar en el horno, a falta de barbacoa.

– para 10 personas –

En primer lugar, preparamos el marinado. En un bol grande, mezclamos el whisky, los ajos partidos en tres cachos, la salsa worcestershire, la mostaza, el pimentón ahumado de la vera, el ajo molido, las hierbas provenzales, el aceite de oliva virgen extra, la pimienta negra molida, la ralladura de piel de lima y el zumo de lima exprimido y un par de pellizcos de sal de Añana. Mezclamos bien todo con una cuchara.
En primer lugar hacemos una pequeñas hendiduras con un cuchillo a las costillas, por el lado carnoso, para facilitar que penetre el marinado en la carne, las salpimentamos y masajeamos con el marinado las costillas. Las colocamos dentro de un par de tuppers grandes y cubrimos con el marinado. Dejamos reposar en la nevera un mínimo de 6 horas. (Yo las tuve 12 horas) 
Ponemos el carbón, leña o manojos a arder, hasta obtener unas brasas vivas. Utilizar un secador de pelo, ayuda a avivar el fuego y facilita que el proceso se acelere. Pero siempre debe hacerse con las costillas bien lejos, porque se levanta mucha ceniza.
Bajamos la parrilla a un palmo de las brasas y ponemos las costillas en la parrilla con los huesos hacia abajo y dejamos que se asen hasta que la parte esta bien tostada, no importa si llega a churruscarse o quemarse, es sólo hueso y protege el lado que nos interesa, que es la carne.
Una vez tostada la parte del hueso, y antes de dar la vuelta a las costillas, regamos la parte de la carne con el marinado que hemos reservado, para que la carne quede jugosa y con el interesante sabor del marinado. Esta operación la realizaremos cada vez que demos la vuelta a las costillas.
Debemos aprovechar todo el marinado, para hidratar bien las costillas mientras se cocinan, de lo contrario quedarán muy secas.
Cuando la carne empiece a tener el color característico que nos indica que está en su punto, un tono ligeramente tostado, y los huesos estén muy churruscados, es el momento de sacar las costillas del fuego. Las costillas tienen que estar crujientes por fuera y tiernas por dentro, pero bien cocinadas, un tono ligeramente rosaceo en su interior, pero en su punto. Las costillas medio crudas, no son nada apetecibles. Llegados a este punto, tras un buen rato de conversación, chistes y bromas con los amigos, y buen montón de cervezas frescas que los pinches van suministrando al equipo de cocineros…. ha llegado del momento de trocear las costillas en una bandeja, siguiendo el hueso y a comerlas antes de que se enfríen.



  • Es muy importante el marinado, cuanto más tiempo estén marinando las costillas, más personalidad tendrá la carne.
  • No compres las costillas envasadas en grandes superficies, vete al carnicero de tu barrio de toda la vida y pídele que te prepare unas buenas costillas de calidad y si son de denominación de origen de tu tierra, mejor que mejor.
  • El punto de la carne es esencial, churruscadas por fuera y jugosas pero en su punto por dentro.


En un principio, contemplé la posibilidad de acompañar la receta con «La barbacoa) de Georgie Dan, pero no voy a ser tan obvio y os dejo con una canción de Motörhead de la banda sonora de Hellraiser, que también tiene carne tostada a fuego infernal. 

Motörhead – Hellraiser

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