Sal de Añana, el oro blanco del Valle salado.

Sal de Añana, el oro blanco del Valle salado.
Valle salado de Añana

En el Valle Salado de Añana (Álava), se elabora una de las mejores sales del mundo. Este oro blanco, se produce por la evaporación natural de la salmuera originaria de los manantiales existentes en Añana, emergiendo previamente de filones subterráneos de sal sólida, que tienen más de 200 millones de años de antiguedad. El paisaje de las salinas de Añana, es candidato a convertirse en Patrimonio mundial de la UNESCO en 2014. Leer más

    Fizpílar. Una forma natural de conservación

    Hace unos meses, una buena amiga me regaló por mi boda, un invento del que nunca había oído hablar. Tras informarme y leer la opinión muy positiva de todo un experto en verduras, como el conocido chef Rodrigo de la Calle, que recomienda su uso, me animé a ponerlo a prueba y comprobar sus virtudes.
    El Fizpilar, llega a casa, adecuadamente empaquetado por agencia, con un embalaje funcional, que protege perfectamente su interior.
    El invento en cuestión, consiste en un recipiente cerámico poroso, sin esmaltar, que utiliza principios de conservación que ya se usaban hace siglos, si nos remontamos algo más cerca en el tiempo, puede recordar a las fresqueras que utilizaron nuestros abuelos y bisabuelos. Esos principios combinados con la tecnología a la que tenemos alcance en el siglo XXI, dan como resultado este producto made in Spain, ideado por Miguel Sánchez Cabezudo.
    El recipiente cerámico, tiene una tapa de madera que protege su contenido de insectos. Fizpílar, madura y conserva los productos frescos, con una importante ventaja respecto al frigorífico, los alimentos siempre están en una temperatura óptima de consumo. Mantiene una temperatura y humedad constantes en su interior
    Además liberas espacio en el frigo, necesaria para otros productos que sí deben consumirse fríos o deben conservarse a baja temperatura necesariamente. Básicamente prolonga la conservación de alimentos frescos sin refrigeración, y obviamente, no consume energía. Una de las principales ventajas que he observado, es que los alimentos maduran de un modo natural, obteniendo un mejor sabor, frente a otros  que he comprado a la vez y he conservado en el frigo.
    Para poner a prueba Fizpílar, he comprado 3 unidades de varias frutas y verduras y he dejado una fuera en el frutero que uso habitualmente, otra en la nevera en el compartimento de las verduras y otra en el Fizpílar
    De este modo, he podido comprobar que responde mejor con algunas frutas y verduras que con otras. Puede utilizarse con vegetales, legumbres, frutas, pan, cereales, pasta, infusiones, queso y hasta tabaco.
    Yo me he limitado a probarlo con algunas frutas y verduras y aquí van las conclusiones basadas en mis experimentos:
    Uno de los aspectos más interesantes que he observado, es que los alimentos que he conservado en Fizpílar, han madurado más lento, por lo tanto he podido disfrutar de ellos en su punto óptimo más días que en el frigorífico, y lo que más me ha convencido, los he podido consumir directamente, sin tener que dejar que están a temperatura ambiente (como en el caso del frigo), porque ya estaban a la temperatura óptima.

    Fizpílar está especialmente recomendado para conservar:

    Espárragos, puerro, alcachofa, tomate, berenjena, pepino, pimiento, manzana, membrillo, pera, melocotón, ciruelas, albaricoque, melocotón, uva, higo, arándano, endrinas, naranja, limón, mango, plátano, cacahuete, nuez, avellana, todo tipo de pan, queso (a excepción del fresco). 
    A mí, desde luego que me ha convencido, y lo utilizo sobre todo para conservar mis cebollas moradas de Zalla, que compro en cantidad y el Fizpílar, me permite conservarlas perfectamente durante un mes, también lo uso con pimientos y alguna que otra fruta.
    Se comercializa en diferentes formatos, diseños y tamaños.

      Kit mil hojas DIY de Casa Aramendia

      A través de la plataforma Blog on brands, con la que colaboro habitualmente probando nuevos productos, para dar mi opinión objetiva e independiente como consumidor y blogero, me han ofrecido la posibilidad de probar un nuevo producto que hará las delicias de los amantes de la repostería. 
      En esta ocasión, se trata de un kit para elaborar en casa en poco menos de 15 minutos (la crema debe reposar 30 minutos) y sin necesidad de encender el horno. Los veteranos reposteros de Casa Aramendia nos sorprenden con un kit para hacer de un modo sencillísimo y sin esfuerzo, un delicioso mil hojas en nuestra propia casa.
      El kit llega a tu casa prefectamente embalado y con todos los ingredientes necesarios para su elaboración a excepción de 2 huevos (por motivos obvios) y el azúcar glas para la cobertura (sugiero que en el futuro, se incluya en el kit, un sobrecito con azúcar glas)
      El diseño del producto y su embalaje es atractivo y práctico, al abrir la caja, comprobamos que está perfectamente embalado y protegido de posibles golpes. En el piso superior tenemos dos placas de hojaldre horneadas y cubiertas con un plástico transparente que permite su óptima conservación, junto con una bandeja negra que nos permitirá emplatar el mil hojas, una vez elaborado. Todo ello va envuelto en papel cebolla.
      En la parte inferior del embalaje, separado por un cartón duro y una capa de papel cebolla encontramos el resto de ingredientes necesarios del kit, incluida una manga pastelera, para utilizarla con la crema del relleno. Además incluye una cartulina con las instrucciones para la elaboración en diversos idiomas y advertencias para posibles alérgicos. El kit se conserva en perfectas condiciones durante dos meses desde la fecha de su elaboración y debe mantenerse por debajo de los 30º de temperatura.

      Los ingredientes del kit, son:

      • 2 láminas de hojaldre
      • 2 botes de mermelada de melocotón
      • 2 envases de mantequilla
      • 500 ml. de leche entera
      • 1 rama de canela
      • 40 grs. de almidón
      • 150 grs. de azúcar
      • 1 manga pastelera de plástico
      Lo más interesante de este kit, es que hasta el más gañán en la cocina, es capaz de hacer un mil hojas con un acabado de repostero profesional, en un tiempo record y sin apenas manchar nada en la cocina. Sencillo, práctico y muy #rikoriko…. que más queréis. 
      La elaboración es muy sencilla, ponemos en un cazo la leche con la rama de canela y esperamos a que rompa a hervir.
      Mezclamos en un bol, los 150 grs. de azúcar, con los 40 grs. de almidón y los dos huevos (no incluidos en el kit), batimos con una varilla y esperamos a que rompa a hervir la leche.

      Hay dos ingredientes que contiene el kit (mantequilla y mermelada) que carecen de indicaciones de uso, al gusto del usuario. La mermelada la utilizo para repartirla en la base de la tapa superior del mil hojas y la mantequilla se puede usar para untar el hojalde en su base, antes de repartir la crema o para añadir a la leche con la canela, eso a tu gusto.
      Cuando la leche rompe a hervir, retiramos el palo de canela y añadimos la mezcla del bol (azúcar, almidón y huevos), mezclamos con la varilla sin parar hasta que se mezclen todos los ingredientes y retiramos del fuego cuando recupere el hervor.
      Llegados a este punto, tendremos una crema caliente, que vertiremos sobre una bandeja de cristal para que se enfríe durante 30 minutos y cubrimos con papel transparente.

      Mientras tanto vamos cortando las planchas de hojaldre si optamos por hacer pasteles individuales, en 4 u ocho partes cada plancha. Rellenamos la manga pastelera con la crema enfriada y cubrimos la placa inferior de hojaldre. Aprovechamos la base negra que trae el kit para emplatar, y lo montamos dentro de la caja, para que sea más original.
      Cubrimos la base de la parte superior con mantequilla y mermelada (esto es opcional) y tapamos la crema. Por último con ayuda del un colador, cubrimos de azúcar glas la superficie del mil hojas y a sorprender a los invitados. Los míos quedaron gratamente sorprendidos.

      Aquí tenéis un original vídeo con la deconstrucción del kit mil hojas DIY de Casa Aramendia


      Mi opinión sobre el kit, es que es muy interesante y práctico, recomendable para cualquier amante de la repostería con independencia de sus habilidades culinarias. Muy rápido y sencillo.

       

        Cerveza artesanal rubia Ale Olañeta

        Las microcervecerías, son un fenómeno en auge, con una inversión relativamente pequeña, unos 20.000 euros, te puedes montar tu propia microcervecería, capaz de producir unos 50.000 litros anuales. En países como Australia y Estados Unidos  es un negocio consolidado, en Europa también esta causando furor y finalmente ha llegado aquí, introduciéndose a través de Madrid y Cataluña fundamentalmente.

        El principio en que se fundamentan este tipo de cervezas, es una elaboración artesanal, totalmente natural, a la antigua usanza, prescindiendo de elementos artificiales, como inyectar el CO2 en lugar de dejar que surja por si mismo, mediante la acción de la levadura.
        En Licorería Vasca Olañeta, llevan elaborando cerveza desde noviembre del 2011, buscando adquirir experiencia y conocimientos para elaborar un producto de calidad, sello de la casa.
        Tras un año de trabajo de investigación, producción de cerveza, y catas de cervezas artesanas de los países con más experiencia en este tipo de producto, recabando los datos necesarios para iniciar la fabricación de una cerveza natural, de calidad, concordante con la línea habitual de los productos Olañeta. 
        Estamos hablando de una cerveza rubia, de elaboración artesana, cercana a las cervezas belgas e inglesas del tipo Ale, ajustando con precisión el equilibrio entre el amargo del lúpulo y el dulzor de la cebada, 100% malta de cebada.
        Sus ingredientes son: agua del embalse de Añarbe, Malta de cebada de tipo Pilsen y Munich, lúpulo del tipo saaz y levadura. Se elabora con doble fermentación, la segunda se lleva a cabo en la propia botella. No está filtrada, ni pasteurizada y contiene el sedimento propio de las levaduras.
        Este tipo de cervezas artesanas, tienen algunas peculiaridades como su conservación, no se debe someter a temperaturas extremas para prolongar su duración, la levadura y el lúpulo que permanecen intactos, al no haber sido pasteurizada ni filtrada, son directos responsables de aumentar su longevidad en perfectas condiciones. En principio sólo he probado la cerveza Olañeta de alta fermentación ALE rubia, pero tengo entendido que también se va a comercializar una cerveza de tostada de similares características que estoy deseando probar.
        El tono turbio alimonado, me recuerda a las cervezas tipo Hefeweissbier, destaca su aroma a cebada tostada. Su sabor principal es cebada, pero con un toque avainillado, y a plátano, un dulzor muy sutil, con retrogusto amargo muy suave en una secuencia muy rápida, en boca resulta muy cremosa, que entra sin darte cuenta y resulta muy refrescante. Una auténtica delicia, que os recomiendo probar.
        Cerveza artesana made in Euskadi, by Licorería Vasca Olañeta, para quitarse la txapela, se comercializa en botellas de 33 cl. y cajas de 12 botellas.
        ¿Donde puedo comprar esta joya? Pues sigue este enlace a su tienda on line y date el gustazo de probarla.

          Patxaran Licorera Vasca Olañeta

          Utilizando ingredientes naturales de gran calidad, mimando todo el proceso de elaboración del producto y trasladando todo el cariño con el que se elabora, al resultado final, obtenemos un patxaran de gran calidad, como el que estoy disfrutando ahora mismo de Licoreria Vasca Olañeta.
          Yo soy de los que les gusta coronar una buena comida, con una copa de buen patxaran bien frío. Hasta ahora tenía mi marca favorita, a años luz del resto de marcas, pero después de probar el de Olañeta, que tengo que confesar que no conocía, ya tengo nuevo favorito. Iguala la calidad de mi marca habitual.

          Su color granate, destaca si lo comparamos con otros productos similares del mercado, a priori menos naturales, claro indicativo de su pureza. Sus ingredientes: endrinas, azúcar, agua, alcohol y anís en grano, con una graduación alcohólica del 25% y presentado en botellas de 70 cl.

          Destaca su sabor a fruta, liso aterciopelado, sin estridencias, nada empalagoso, suave y muy agradable. El color rojo intenso, nos indica que ha tenido una buena maceración, con una alta dosis de endrinas, su brillo intenso nos informa de su juventud, y la transparencia delata un filtrado perfecto. Perfecto equilibrio armónico entre las endrinas y el anís, su aroma intenso y frutuoso delata la calidad de este patxaran.

          Es un pantxaran 100% natural, ya que en su elaboración no se utiliza ningún aditivo, excepto las endrinas maceradas. Se utilizan de 225 a 250 gramos por cada litro de patxaran. En la propia licorería, se destilan las semillas de anís, para elaborar la base o anisado, donde maceran previamente las endrinas.

          Además se emplea alcohol de grano de trigo. El más delicado e idóneo para preparar bebidas espirituosas como el patxaran. El agua utilizada, proviene del Añarbe, que según la OCU, se sitúa en el séptimo lugar en un estudio de calidad de agua, que ha se ha llevado en 47 ciudades. Calidad difícilmente superable.
          Olañeta es uno de los dos mejores patxaranes que hay en el mercado, y os lo dice una persona que ha probado muchos patxaranes, porque es una bebida que me encanta para acompañar la sobremesa. #rikoriko