
Aún no he tenido la suerte de comer en el laureado Celler Can Roca, pero unos amigos que han podido disfrutar de su cocina me hablaron de este aperitivo que los hermanos Roca ofrecen en el restaurante y me pareció una auténtica pasada, por su originalidad (la cara que se te puede quedar cuando vas un restaurante con tres estrellas Michelin y te sacan unas espinas de anchoa fritas). Una vez testada la receta he probado con varias harinas diferentes (maíz, trigo, garbanzo y arroz), la de arroz es la que más me ha convencido. En el restaurante Celler Can Roca, utilizan espinas de anchoas conservadas en sal muera, lo cual enriquece notablemente su sabor. Yo he usado espinas de anchoa fresca y obviamente no es lo mismo, no obstante el resultado es muy bueno y te vas a quedar con tus comensales. Además la guindilla es mi aportación a la receta, ya que en el Celler Can Roca las sirven fritas sin picante. En primavera cuando empiece la temporada de anchoa y prepare la conserva en sal muera, probaré de nuevo esta receta. Queda una textura crujiente, un sabor como a pescadito frito, cortezas marinas…. muy muy agradable. Raspas de anchoa, en una receta de alta cocina, je je je. Brutales.