
Merluza a la ondarresa

La alcachofera es una planta perenne que puede alcanzar los dos metros de altura, y que brota cada año, transcurrido el invierno y es familia cercana del cardo borriquero común, es originaria de la zona mediterranea. El pueblo de los hermanos Gasol es famoso por sus alcachofas. El consumo de alcachofas tiene un montón de efectos beneficiosos para nuestro organismo, entre otros: aumenta la secreción biliar, limita la absorción del colesterol, además de disminuir el coeficiente beta y alfa de las lipoproteinas, provoca mayor expulsión de orina, disminuye la grasa del hígado. Además es de uso habitual en la medicina natural, la misma alcachofa, o el jugo resultante de cocerlas, para tratar la anemia, la diabetes, el estreñimiento, los cálculos de la vesícula biliar, la gota o el reúma. Además de ser digestiva, esta verdura es altamente diurética y muy rica en minerales, vitaminas y fibra. Las propiedades diuréticas y digestivas de la alcachofa, permiten que el hígado aumente la producción de bilis, que favorece la digestión de alimentos, reduce los niveles de colesterol al facilitar su expulsión del organismo y es un hepatorregenerativo, es decir, regenera las células del hígado. También ayuda a la vesícula biliar, estimulando la producción de los jugos biliares, previniendo la formación de cálculos. Y vamos ya con la receta que parezco al doctor Ramón Sanchez Ocaña, menuda chapa a cuenta de las alcachofas. Hoy toca una quiche de alcachofas con paletilla ibérica.
Siempre he querido hacer una empanada de marisco, he hecho otras recetas de empanadas, pero nunca hasta ahora me había atrevido con marisco… una de las cosas que más me chiflan en esta vida. Yo he usado el marisco que tenía más a mano pero podéis utilizar lo que os parezca… vieiras, lagostinos, gambones, gambas, cigalas, almejas, berberechos, navajas, pulpo, mejillones…. etc. Según gustos y bolsillos. Normalmente hago la masa de la empanada, cosa que os recomiendo porque el resultado no es el mismo, pero por culpa de la falta de tiempo… cosas de la paternidad, he utilizado esta vez masa preparada.
Me gusta mucho el pescado pero me considero fundamentalmente carnívoro. Me resulta imposible resistirme a un buen txuletón o a un solomillo, y en cuanto al acompañamiento en el caso del solomillo, me decanto sin duda por una salsa a la pimienta, es muy sencilla de preparar y viste la carne a la perfección. En este caso he utilizado un solomillo de cerdo pero esta receta la puedes hacer con cualquier tipo de carne. Para esta ocasión acompañamos el solomillo con salsa a la pimienta, unos pimientos asados y unas patatas vikingas crujientes por fuera y cremosas por dentro. Es una receta muy sencilla que entusiasmará a cualquier carnívoro. Tienes que probarla en casa.
La moussaka o musaka es una receta tradicional cuyo origen se encuentra en Egipto, los Balcanes y el Mediterráneo oriental pero la versión más conocida de esta receta es la que se elabora en Grecia. La versión moderna de la receta griega data de 1920 y se atribuye a un tal Tselementes y fundamentalmente consiste en tres capas: la base de berenjenas salteadas, una capa intermedia de carne picada de cordero cocinada con ajo, tomate, canela y pimienta negra molida y por último rematado con una capa de salsa bechamel. Hay variantes que sustituyen la carne por atún, la berenjena por patata o calabacín… etc. Yo os presento mi versión de la Moussaka griega: Moussaka a la bilbaína. Cambiamos la carne picada de la receta clásica por gambones y hongos. Espero que os guste.