El tomate hoy en día ya no es lo que era. Si quieres comerte un buen tomate jugoso y sabroso, con ese color rojo intenso que huele y sobre todo que sabe a tomate de verdad, tienes dos opciones: O bien lo cultivas tu mismo partiendo de unas semillas de confianza, con todos los mimos y cuidados que requiere, a la antigua usanza. O lo compras en un baserri (caserío), o en una feria o mercado de productos de origen ecológico, o con la garantía de algún sello de calidad como Eusko Label. En el segundo caso, no va a salir barato pero tenemos la seguridad de una certificación que nos garantiza que son productos de Euskadi, y con una calidad superior. Bajo esta certificación se guarnecen productos tan nuestros como la euskal sagardoa (sidra vasca), euskal babarrunak (alubias), Gernikako piperra (pimientos de Gernika), Ibarrako piparrak (guindillas de Ibarra), Euskal okela (carne de vacuno del País Vasco,… y otros muchos productos que no son baratos, pero de los que podemos estar seguros de su origen, autenticidad y calidad. Que quede bien claro que no estoy subvencionado por el sello de calidad Eusko Label ni nada por el estilo, ni si quiera me han enviado un lote de productos o unas alubias de Tolosa (cosa que aceptaría encantado) Si sigues este blog, sabés que siempre cocino con productos de la tierra porque son de una calidad excepcional y me gustan las cosas que sepan a lo que tienen que saber. Estoy harto de tomates que no saben a nada, que por fuera parecen tomates perfectos pero que no tienen sabor ni aroma. A la mierda la comida de plástico. Hoy os propongo una receta divertida, unos san jacobos de tomate Eusko label rellenos de queso Idiazabal, un plato #Rikérrimo