
Si hay un postre típico en Euskadi, ese es el queso con membrillo y nueces. Pocas cosas hay más sencillas, sin ningún tipo de elaboración, pero está tan rico que pocos vascos nos resistimos a sus encantos. Te cortan una cuña de queso Idiazabal ahumado en lonchas, acompañado de unas barras de dulce de membrillo y un canasto de nueces con el abridor…. y allí te las compongas. Y si lo acompañas de un vaso de vino tinto, ya oímos hasta campanas celestiales. Es un postre muy habitual en la sidrerías, escoltando una tortilla de bacalao, un buen txuletón a la brasa y claro está regado con txotx (toda la sidra que seas capaz de ingerir), pero para el postre, se suele pedir una botella de vino, para acompañar esta delicatessen tan nuestra. El poderoso sabor de un queso Idiazabal ahumado, junto a unas ricas y sanas nueces de caserío y el punto dulce del membrillo. Yo esta vez os lo presento en forma de una especie de gnoquis, los tres ingredientes convertidos en masa y rebozados en polvo de nueces machacadas. Ahí va mi receta de gnoquis de queso Idiazabal con membrillo y nueces, un postre #rikérrimo