El txangurro lleva mucho trabajo… sacar toda la carne y limpiarla de cascaras, cartílagos y demás partes que resulta desagradable encontrar en la boca al comer un txangurrito, pero es un plato espectacular, para triunfar y que te hagan la ola. Otro de los platos estrella de la gastronomía vasca, yo le he dado mi humilde toque personal.
– para 2 personas –
- 2 bueyes de mar cocidos
- 1 brick pequeño de nata liquida para cocinar
- 1 calabacín grande
- 1 cebolla
- 2 dientes de ajo
- pan rallado
- mantequilla
- pimienta negra molida
- sal de Añana
- aceite de oliva virgen extra
- tomate frito natural
- 1 vaso de brandy
Ponemos a pochar la cebolla, el calabacín pelado y cortado en dados y los ajos. Cuando esté la verdura pochada, echamos el vaso de brandy y flambeamos. Añadimos el tomate frito natural y mezclamos bien todos los ingredientes a fuego medio e incorporamos la nata líquida. A los 5 minutos trituramos todo con la batidora obteniendo una crema de color salmón, apartamos del fuego y reservamos.
Ahora empieza lo complicado de esta receta, sacar toda la carne y todos los jugos de las patas, pinzas y cuerpo del buey, con cuidado de que no caiga ningún trozo de cascara.
Añadimos la carne y los jugos limpios del buey a la crema y mezclamos todo para obtener un producto uniforme y lleno de sabor a mar. Lavamos la carcasa del buey y una vez limpia y seca, rellenamos con la crema que acabamos de mezclar. Cubrimos con un poco de pan rallado la crema y por último una nuez de mantequilla, para que al gratinar quede bien dorado. Servir caliente. Otra posible presentación es en una cazuelita de barro.
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