Tímidamente y sin hacer mucho ruido se acerca la temporada de anchoas para deleite de los incondicionales de este excelente producto del mar Cantábrico. Es muy versátil en la cocina y tiene unas excelentes propiedades organolépticas. Podemos disfrutar de las anchoas de mil maneras. Yo os propongo unas anchoas fritas al ajillo muy sencillas pero espectacularmente deliciosas. Fácil, sano, rico y muy barato. No tenéis excusas para no cocinar.

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Anchoas fritas al ajillo

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Fácil     30 minutos     4

 

• 1 kilo de anchoas frescas
• 4 dientes de ajo
• 2 pimientas cayenas
• sal de Añana
• aceite de oliva virgen extra

El primer paso para preparar unas deliciosas anchoas fritas al ajillo es limpiar bien las anchoas. Les quitamos la cabeza y las tripas dejando la espina central y procurando manipularlas lo menos posible para preservar su integridad.

Ponemos a fuego medio una sartén con un par de dedos de aceite de oliva virgen extra. Calentamos el aceite y cuando esto suceda echamos las pimientas cayenas y los dientes de ajo pelados y laminados (sin el germen).

Cuando empiecen a coger color las láminas de ajos vamos añadiendo las anchoas en pequeñas tandas para que no se enfríe el aceite de golpe y queden con el punto de fritura que nos interesa. Con tres minutos cada tanda es suficiente para que queden tostaditas por fuera y tiernas por dentro. Sacamos con una espumadera escurriendo bien el aceite y repetimos la operación hasta terminar todas las anchoas. Sugiero acompañar estas deliciosas anchoas fritas al ajillo con unas cervezas fresquitas o un txakoli. Más sencillo imposible. Una propuesta muy rica para aprovechar un gran producto que está empezando a entrar en los puertos del Cantábrico. On egin !!

 

 

• Controla la temperatura del aceite porque influye decisivamente en el resultado. No añadas las anchoas hasta que el aceite esté bien caliente.
• No dejes que los ajos se tuesten porque amargan.

 

 

Therapy? – Nowhere

 

Therapy? es una banda de metal alternativo de Irlanda del Norte liderada por el cantante y guitarra Andy Cairns. Dieron mucho de que hablar en los 90 con algunos discos imprescindibles como el mítico Troublegum.