Quiche de cantharellus con queso Idiazabal

Una quiche, es un tipo de tarta salada que debemos a la prolífica cocina francesa.  Se elabora principalmente con una preparación de huevos y crema, mezclada con verduras  o productos cárnicos, con la que rellenamos un molde de pastelería, cubierto de masa quebrada que debe ser horneada.  A partir de ahí las posibilidades son infinitas, puerro, cebolla, pimientos, quesos de todo tipo… etc.

La palabra quiche viene del vocablo küchen en el dialecto lorenés, lengua originaria de la la región de Lorena, en el noreste de Francia. La receta original de quiche lorraine,  es conocida como la receta de la que proceden todas las demás variantes de quiche. La palabra aparece por primera vez en Nancy, capital de Lorena, en 1605.2 En un principio, el relleno se componía sólo de huevos y crema de leche o nata fresca. En el siglo XIX, se le añadieron las pequeñas tiras o tacos de panceta magra, fresca o ahumada, que caracterizan la quiche lorraine de hoy en día.

El ingrediente principal de nuestra quiche, el cantharellus es una seta agradable de sabor y tiene rendimiento culinario tanto guisada como en conserva o seca (se conservan hasta un año a temperatura ambiente). La carne es prieta y la convierte en un acompañamiento ideal de carnes. La seta posee pequeñas trazas de amanitinas, pero para poder ser envenenado hay que llegar a comer cientos de kilos.
El cantharellus crece a finales de año, principalmente en terrenos húmedos. Suele confundirse con la Hygrophoropsis aurantiaca denominada falso rebozuelo que es una seta comestible. Otra seta similar, que crece en ramilletes bajo los troncos es la denominada seta del olivo (Omphalotus olearius) es considerada venenosa.

– para 4 personas –

  • 350 grs. de cantarelus
  • 2 cebollas
  • 3 dientes de ajo
  • 1 cuña de queso Idiazabal
  • 4 huevos Eusko label
  • 200 grs. de nata liquida
  • 1 hoja de masa quebrada
  • pimienta negra molida
  • sal de Añana
  • mantequilla


Precalentamos el horno a 200º mientras elaboramos la receta. Untamos un molde de tartas con mantequilla y colocamos la hoja de masa quebrada adaptandola a la forma del molde, y pinchamos con un tenedor.

Cortamos las cebollas en juliana y el ajo en trozos muy pequeños y lo ponemos todo a pochar en una sartén a fuego medio con un par de cucharadas de aceite de oliva virgen, sal y pimienta negra molida.

Cuando la cebolla y el ajo, empiecen a tomar un todo dorado, añadimos las cantarelus o rebozuelos que habremos limpiado antes minuciosamente.

No cocinaremos demasiado las setas, porque luego las vamos a hornear y tienen que conservar su rico sabor. Batimos en un bol, los huevos con la nata, junto con una pizca de sal, hasta obtener una mezcla homogenea.
Incorporamos las verduras y las setas cocinadas al bol, junto al queso Idiazabal, previamente rallado con la mandolina como si fueran espaguetis, no muy fino. Y mezclamos bien todos los ingredientes para que queden bien repartidos.
Vertimos el contenido del bol, en el molde de la tarta cubierto por nuestra masa quebrada, y rebañamos con ayuda de una lengua, para que no quede nada y distribuimos uniformemente por el molde, para que quede el mismo grueso en todo el pastel.
Introducimos el molde en el horno a 200º y horneamos nuestra quiche de cantarelus y queso Idiazabal durante 20 minutos.
Ojo! que no todos los hornos son iguales, echale un ojo de vez en cuando para mayor seguridad.
Esto va de cine con un buen vino tinto.

    Triangulos de atún con queso de cabra

    Quien tiene una sandwichera, tiene un tesoro, como el título de la pelicula de  Bud Spencer y Terence Hill. Esas sandwicheras dan mucho juego, puedes rellenar el pan de molde con lo que se te ocurra, dulce, salado… A tu bola.

    – para 2 personas –
    • 4 medallones de queso de cabra
    • 2 latas de bonito del norte en aceite de oliva
    • 10 antxoas en aceite de oliva
    • 10 piparras
    • 8 rebanadas de pan de molde
    • mantequilla


    Abrimos las latas de atún y escurrimos el aceite. Desmenuzamos el atún en un plato con ayuda de un tenedor. Incoporamos al atún el queso de cabra.
    Después troceamos las piparras y las anchoas y añadimos al atún con queso de cabra.
    Untamos la mezcla de atún, queso de cabra, piparras y antxoas en el pan de molde previamente cubierto de mantequilla en su cara externa.
    Colocamos los sandwiches en la tostadora, hasta que se tuesten por fuera y queden bien sellados.
    Este sandwich pide una cerveza, no te digo más….

      Ensalada de salmón e Idiazabal

      Me encantan las ensaladas, las combinaciones son casi infinitas, tantas como ingredientes puedas llegar a imaginar, y precisamente ahí esta la gracia, en que cada día puedes hacer una ensalada diferente. Puedes mezclar, frutas, verduras, carnes, pescados, frutos secos, quesos, hierbas, marisco…, pueden ser frías, templadas… pero siempre están ricas, frescas y saludables. Son fáciles de comer, y te pueden solucionar un primer plato, o una cena, sin perder más de diez minutos.

      – para 2 personas –
      • 200 gramos de salmón ahumado
      • 14 tomates cherry
      • un puñado de pipas de girasol tostadas
      • un puñado de nueces
      • pimienta negra molida
      • una cuña de queso Idiazabal
      • Orégano
      • aceite de oliva virgen
      • sal de Añana

      Troceamos en dados tanto el lomo de salmón ahumado, como el queso Idiazabal, cortamos por la mitad los tomates cherrys, añadimos las pipas tostadas y las nueces peladas rotas en cuatro partes.
      Le damos un golpe de pimienta negra molida, perfumamos con orégano al gusto, un pellizco de sal maldon y por último un buen chorrito de aceite de oliva virgen para darle brillo y sabor.
      Espero que os guste.

        Kokotxas de merluza rebozadas

        Kokotxas de merluza rebozadas

        Las kokotxas de merluza es uno de los platos estrella de la cocina vasca, sin duda estaría en el top ten. En esta ocasión las vamos a hacer rebozadas únicamente con huevo sin pasarlas por harina. Preparadas de cualquier manera son una delicia para el paladar y no son necesariamente caras. Se pueden adquirir congeladas y el medio kilo anda por los 8 euros. Las kokotxas frescas… ya son otro cantar. Esta receta es probablemente una de las recetas de kokotxas más populares, kokotxas de merluza rebozadas.

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          Sandwich Mc Cracken de pollo asado

          A veces las sobras de la comida vienen bien para elaborar otras recetas. Una de las sobras que más reutilizo es el pollo asado. Puedes con una pechuga o unos muslos de pollo asado, puedes hacer unas croquetas de pollo, un bocadillo, pintxos variados, empanadillas, tacos, o el mítico sandwich Mc Cracken, la receta que comparto a continuación. Este sandwich ha sido mi cena muchos domingos y casa de cine con una rica y fresca cerveza.

          – por sandwich –
          • 3 rebanadas de pan de molde
          • 3 lonchas de bacon
          • 1 huevo Euskolabel
          • 2 lonchas de queso gouda
          • 2 hojas de lechuga
          • mayonesa
          • mantequilla
          • restos de pollo asado


          Untamos con mantequilla las rebanadas de pan de molde y las tostamos. Pasamos las lonchas de bacon por la sartén, sin que se churrusquen. Hacemos el huevo a la plancha, dejando la yema semi cuajada.
          Colocamos una loncha de queso gouda sobre una rebanada de pan tostado, a continuación el bacon y el huevo a la plancha.
          Desmigamos con las manos los restos de pollo asado, y los mezclamos con unas cucharadas de mayonesa.
          Colocamos otra rebanada de pan de molde tostado sobre el huevo y una loncha de queso gouda, a continuación nuestra mezcla de pollo asado con mayonesa y las hojas de lechuga troceada, colocamos la última rebanada de pan de molde tostado y atravesamos el sandwich con una palillo de brochetas. No os olvidéis de la cerveza para acompañarlo. Unas patatas vikingas, también le irían de perlas.

            Tosta de salmon

            Un pintxo muy simple, partiendo de un salmón marinado casero, un producto que es una delicia para cualquier paladar.

            – para 2 personas –
            • 8 filetes de salmón marinado casero o salmón ahumado
            • 4 rebanadas de pan de molde
            • 4 pepinillos agridulces
            • 4 piparras
            • mantequilla
            • aceite de oliva virgen extra
            • sal de Añana

            Cortamos unos filetes de salmón marinado casero o unas lonchas de salmón ahumado.
            Tostamos las rebanadas de pan bimbo, quitamos la corteza y las cortamos por la mitad. Curbrimos una cara de cada tosta con mantequilla o margarina.
            Colocamos sobre las tostas, un filete de salmón.
            Cortamos los pepinillos agridulces y las piparras por la mitad y las ponemos sobre el salmón.
            Por último unas gotas de aceite de oliva virgen y unas escamas de sal de Añana. 

              Pizza marinera

              Una pizza casera, hecha con frutos del mar principalmente, le podéis añadir cualquier cosa, desde colas de cangrejo, gambas, langostinos, antxoas. Si no os animáis a hacer la masa, puedes utilizar bases congeladas, pero el resultado no es el mismo…

              – para 2 personas –

              Para la masa:
              • 250 grs. de harina de trigo tamizada
              • 15 grs. de levadura fresca
              • medio vaso de agua tibia
              • aceite de oliva
              • sal
              Para la cobertura:
              • 1 sobre de 4 quesos para gratinar
              • 1 lata de sardinas picantes
              • 200 grs. de salmón ahumado
              • 1 bola de queso mozzarella fresca
              • 1 lata de mejillones en escabeche
              • 12 huevos de codorniz
              • 1 lata de atún en aceite de oliva
              • orégano
              • aceite de oliva virgen
              Echamos en un bol, un chorrito de aceite de oliva para lubricar, tamizamos la harina en el bol, con ayuda de un colador grande. Disolvemos la levadura en medio vaso de agua tibia, e incorporamos poco a poco al bol con harina y el aceite de oliva, amasamos al principio con una lengua de gato y luego con la mano. Una vez obtengamos una masa uniforme y compacta, dejamos reposar 30 minutos tapando el bol con un trapo húmedo.
              Precalentamos el horno a 180º, después extendemos la masa con el rodillo previamente lubricado con aceite de oliva, debe quedar fina y compacta, sin agujeros.

              Untamos una placa de horno con aceite de oliva virgen, extendemos la masa en ella.

              Horneamos la base para que se cueza un poco, cuando veamos que ha levantado un dedo de grosor, sacamos del horno y procedemos a colocar el resto de ingredientes.
              Sobre la base de pizza, extendemos una película de tomate frito, después espolvoreamos un sobre de queso para gratinar cuatro quesos. Repartimos las lonchas de salmón ahumado troceadas, sobre el tomate y el queso.
              Troceamos la bola de queso mozzarela fresco, y lo repartimos por la pizza, al igual que los mejillones, el atún y las sardinas picantes, todo ello bien escurrido. Por último colocamos los huevos de codorniz y le damos un golpe de orégano. Introducimos al horno y cocinamos hasta que la masa se cocine del todo y los quesos se fundan, unos 15 minutos a 180º bastarán, según el horno.

                Langostinos al horno

                Esta receta se puede hacer con gambas, gambones, carabineros… etc. Es una forma diferente de preparar unos langostinos, sabrosos y jugosos.

                – para 2 personas –
                • 500 grs. de langostinos crudos
                • 3 dientes de ajo
                • aceite de oliva virgen
                • Mantequilla
                • Sal de Añana

                Con ayuda de una puntilla o cuchillo corto, quitamos las patas de los langostinos y los bigotes. Los abrimos por la mitad a lo largo de arriba abajo con un cuchillo.
                Los colocamos con la hendidura boca arriba, en la bandeja donde los vayamos a hornear.
                Colocamos una tira de mantequilla en el canal abierto en la mitad del langostino, para que al hornear lo le aporte más sabor y cremosidad.
                Vamos con el sofrito, picamos a tope los dientes de ajo y los ponemos a bailar en una sartén con aceite caliente, hasta que empiecen a dorarse. Ponemos a calentar el horno a 200º, durante 10 minutos.
                Vertimos el sofrito por encima de los langostinos abiertos en canal e introducimos la bandeja al horno, ubicándola en la hendidura central del horno.
                Horneamos los langostinos durante 7 minutos a 200º hasta que se doren levemente y con la precaución de no quemar los ajos del sofrito.
                Exprimimos el zumo de un limón y lo derramamos sobre los langostinos ya horneados y mezclamos el zumo con el jugo que han soltado los langostinos, la mantequilla y el sofrito. Todo el liquido se reparte sobre los langostinos una vez emplatados.

                  Txipirones encebollados en salsa vizcaina

                  Los fines de semana de verano, me encanta ir por la noche a la costa, a pescar txipis, es una modalidad de pesca muy entretenida porque consiste en tirar y recoger la pita sin parar para que los txipis intenten pillar el señuelo de jibionera.

                  Los txipirones, se pueden preparar de mil maneras y todas ellas muy ricas. Una de las más conocidas es en su tinta que haremos en otra ocasión, está vez los vamos a cocinar con salsa vizcaína, todo un clásico de esta tierra y también con cebolla pochada.


                  – para 4 personas –


                  • 1 kilo de txipirones

                  • 4 cebollas

                  • 3 dientes de ajo

                  • 6 tomates tipo pera

                  • 1 bote de 125 grs. de carne de pimiento choricero

                  • Pimienta negra molida

                  • Aceite de oliva virgen

                  • sal de Añana
                  • 1 copa de brandy

                  • Vinagre de manzana

                  • 1 cucharada de azúcar

                  • 1 punta de pimienta cayena


                  Limpiamos los txipirones, les quitamos la pluma, las tripas, pico y ojos, pero dejamos la piel y las aletas. 
                  Pasamos bien por agua para dejarlos perfectos. Los colocamos en una tabla y echamos sal por encima.
                  Cortamos en aros 3 cebollas, y las ponemos a pochar con una cucharada de aceite de oliva virgen y sal.
                  Mientras tanto vamos a ponernos con la salsa vizcaína. Picamos 1 cebolla y tres dientes de ajo, la punta de cayena y lo ponemos a rehogar con un chorrito de aceite de oliva virgen, sal y pimienta negra molida.

                  Rallamos los tomates con la mandolina y añadimos el puré de tomate a la cazuela de la salsa vizcaína, junto con una cucharada de azúcar y otra de sal y un golpe de pimienta negra molida.
                  Cocinamos 15 minutos y lo pasamos por la batidora, incorporamos la carne de pimiento choricero y removemos bien la salsa.

                  Una vez tengamos lista nuestra salsa vizcaína, añadimos las cebollas pochadas que teníamos en la otra cazuela y las mezclamos bien con la salsa.
                  Pasamos por la plancha los txipirones, con unas gotas de aceite de oliva virgen, 3 minutos por cada lado, hasta que estén bien dorados, sin llenar la sartén de txipirones. Cocinar 6 txipis en cada tanda.
                  Una vez que estén hechos, los añadimos a la cazuela con la salsa y desglasamos lo que ha quedado pegado a la sartén con un chorrito de brandy y el líquido resultante lo echamos a la cazuela.

                  Volvemos a poner la sartén al fuego con unas gotas de aceite y hacemos otros 6 txipis, cuando estén listos, volvemos a desglasar la sartén, pero esta vez con un chorrito de vinagre, que añadimos a la salsa, después de recuperar la sustancia pegada a la sartén.

                  Repetimos de nuevo la operación así hasta terminar con todos los txipirones, desglasamos las demás veces con brandy.

                  Una vez estén todos los txipis hechos rehogamos durante 10 minutos a fuego suave (2/6) la cazuela para que los txipis aporten sabor a la salsa y para que la salsa aporte a los txipis.
                  Como todos los guisos, están mejor de un día para otro, así que podéis hacerlo de víspera y comer al día siguiente. 

                    Patatas al infierno

                    Una versión de todo un clásico, las patatas bravas, que se puede degustar con mayor o menor fortuna (hay sitios que las hacen de pena) en cualquier bar, tasca o taberna. Me trae unos inolvidables recuerdos de la universidad, aquellas jarras de cerveza acompañadas de papas bravas que nunca picaban lo suficiente.

                    En algunos sitios las preparan  con patata cocida, a mi no me gustan nada, las prefiero fritas. En este caso las vamos a hacer con  patatas vikingas súper crujientes por fuera y cremosas por dentro y además con una salsa tan potente que levantaría a un muerto.


                    – para 2 personas –


                    • 4 patatas grandes eusko label

                    • 8 tomates maduros tipo pera

                    • 1 cebolla morada de Zalla

                    • 3 dientes de ajo

                    • 1 cucharada de pimentón de la vera picante

                    • 1 cucharada de vinagre de sidra

                    • Pimienta negra molida

                    • Aceite de oliva virgen

                    • 1 copa de vino manzanilla

                    • Sal de Añana

                    • 1 cucharadas de tabasco (graduar según paladar)

                     


                    En primer lugar, cortamos las patatas en dados grandes, y las pasamos por agua varias veces para quitarles el almidón. Las dejamos durante unos 10 minutos a remojo en un bol con agua.

                    Secamos bien las patatas y las ponemos en una cazuela que cubrimos con aceite de oliva virgen y ponemos a confitar a fuego bajo (2/6) durante 20 minutos.
                    Empezamos con la salsa picante, vamos a realizar una papilla como base a nuestra salsa infernal. Mezclamos la cebolla roja troceada, con la cucharada de pimentón de la vera picante, los dientes de ajo y un chorrito de aceite de oliva virgen, hacemos una especie de papilla con ayuda de la batidora y la rehogamos en una cazuela a fuego medio (4/6)

                    Apartamos del fuego la cazuela y dejamos que el aceite se enfríe (mínimo 20 minutos), sin sacar las patatas.
                    Rallamos los tomates con una mandolina, hasta obtener un puré de tomate al que añadiremos un puñado de sal y un buen golpe de pimienta negra molida.

                    A la pasta que tenemos rehogándose en la cazuela, le incorporamos el resto de ingredientes, el puré de tomate, el vinagre y el vino manzanilla.

                    Seguimos cocinando la salsa a fuego medio (4/6) y añadimos el tabasco al gusto si os gusta picante 1 cucharada sopera, muy picante 2 cucharadas y si queréis que pique lo justo con media cucharada es suficiente.

                    Sofreímos toda la salsa durante 15 minutos y reservamos.
                    Volvemos a poner a fuego alto (5/6) las patatas previamente confitadas y las freímos hasta obtener un todo tostadito.

                    Servimos las patatas con una pizca de sal, en una fuente con la salsa a un lado y unas cucharadas de salsa mayonesa.

                    Se recomienda acompañar de unas buenas cervezas fresquitas.
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