Canutillo de txangurro, espuma de mango con piña y foie, hongos con espuma de queso y trufa negra, mollejas de cordero y espuma de queso, callos a la vizcaína, bacalao al pil pil, bocata de calamares con pan negro, txurrasko de solomillo, brocheta de gambas rebozadas, lasaña a la boloñes, lasaña de antxoa y bonito, solomillo con hongos y foiem, crepe de ternera con queso roquefor, crepe de txipirón, espuma de mango, salsa de piquillo y foie… la lista es interminable.

En un ejercicio de bilbainísmo supremo, este gallego de nacimiento pero bilbaíno de sentimiento, lanzó un desafío a su fiel parroquia de clientes: «El que sea capaz de comerse un ejemplar, de cada uno de los pintxos de mi barra, (una media de 60 diferentes) puede marcharse sin pagar» Haciendo cálculos, y tras estudiar la barra, es un reto muy difícil de superar, ya que no estamos hablando del típico pintxo de bocado, son pintxos contundentes. A pesar de que estamos en Bilbao, el reto continua vigente e imbatido en la actualidad, como una «espada Excalibur» clavada en la roca, esperando que algún «Arturo pintxolari» pase por el bar La Tapa y la arranque de su pedestal de piedra, triunfando en este complejo duelo a pintxo y tapa.

La majestuosa barra del bar La Tapa, es una auténtica montaña rusa de pintxos, tapas y raciones de todo tipo, con un denominador común… están de vicio.

Cuenta Fran que hace algunos años, un capitán de Iberia de origen canario, nada corpulento, que venía de zamparse en La Gabarra, un txuletón de 1.500 gramos, aceptó el reto y llego a comerse 24 pintxos nada menos… toda una hazaña la de este auténtico gargantúa isleño, seguro que tenía familia lejana en Bilbao… El récord actual de pintxos está en 38, que no está nada mal, hace falta tener buen saque, pero es un registro que está muy lejos de los 60 pintxos requeridos, para validar el reto.

Fran Domínguez es un entusiasta cocinero autodidacta, que a pesar de no tener formación como cocinero, se ha hecho con varios premios y reconocimientos a lo largo de su dilatada trayectoria profesional. Finalista en el concurso de pintxos de Euskadi y Bizkaia, además de campeón por dos años consecutivos del concurso de pintxos de Deusto (premios de los que se siente profundamente orgulloso este deustutarra de pro) Continuamente está dándole vueltas al coco, puliendo ideas y pensando en nuevos pintxos y tapas con los que sorprender a sus parroquianos.

En una ocasión, un tipo un tanto peculiar, con txapela y una cámara de fotos profesional, se presentó en el bar, pidió varios pintxos y empezó a sacar fotos sin parar a todos los platos y al bar, a Fran le pareció un poco extraño y más aún cuando el señor en cuestión se identificó como el crítico gastronómico del New York Times, nada más y nada menos, le dió una dirección para que pudiese ver el artículo cuando fuese publicado. Fran, guardó la dirección, pero no le tomo en serio y mando a paseo al periodista. La sorpresa fue mayúscula cuando al cabo de un tiempo, le dió por comprobar la dirección y descubrió que era cierto, que hablaban de ellos y que gracias a ese artículo figuraban en un buen número de webs internacionales de recomendaciones turísticas y gastronómicas. Lógicamente, le escribió un e-mail para disculparse y darle las gracias. No hace falta que nos lo diga un periodista del New York Times, el Bar La Tapa goza de merecida fama y reconocimiento entre los bilbaínos y bilbaínas. Si aún no lo conoces, la vista es obligada, además sus precios son económicos. Suerte en el próximo concurso de pintxos!

Irlandes de hongos con espuma de queso y frufa negra: Un delicioso pintxo, elaborado con diferentes texturas, presentado en un vaso, con una capa de hongos confitados, una nube de sedosa espuma de queso, con ralladura de trufa negra y crujiente de jamón ibérico, asemejando al típico café irlandés. Casi nada.